Aplique firmeza y afecto en niños hiperactivos.
Cuando un niño no se queda quieto en un lugar, no presta atención en
clases, tiene la necesidad de estarse levantando a cada rato, es
impulsivo, no mide el riesgo, actúa sin pensar, y todo esto afecta su
comportamiento en la sociedad y escuela, se está frente a un pequeño
hiperactivo.
La hiperactividad se conoce como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, y según las últimas investigaciones, es un comportamiento genético.
La respuesta de los padres puede ser en dos vías: corregir al niño con la faja o creer que todo el mundo está en contra de su hijo.
El doctor en neurociencias cognitivas, Henry Castillo, expresó que al niño se le debe corregir con firmeza, pero, además, brindarle señales de afecto y seguridad. Todos los niños manifiestan de alguna manera estos síntomas de hiperactividad, pero hay que diferenciarlos cuando es parte del crecimiento normal o cuando es una problemática.
Diagnóstico clínico
Castillo explicó que cuando la hiperactividad empiece a generar problemas en el colegio, en el desarrollo social o en la vida familiar, es hora de sospechar que el niño sufre de trastorno por déficit de atención, y la mejor manera para confirmarlo es realizar un diagnóstico clínico.
La edad más adecuada para realizar este examen es a los seis o siete años. “Después de los seis años se presume que el pequeño empieza a ser más tranquilo, a quedarse quieto por tiempos más prolongado, pues así lo establece el sistema cerebral”, refirió el psicólogo.
La hiperactividad se conoce como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, y según las últimas investigaciones, es un comportamiento genético.
La respuesta de los padres puede ser en dos vías: corregir al niño con la faja o creer que todo el mundo está en contra de su hijo.
El doctor en neurociencias cognitivas, Henry Castillo, expresó que al niño se le debe corregir con firmeza, pero, además, brindarle señales de afecto y seguridad. Todos los niños manifiestan de alguna manera estos síntomas de hiperactividad, pero hay que diferenciarlos cuando es parte del crecimiento normal o cuando es una problemática.
Diagnóstico clínico
Castillo explicó que cuando la hiperactividad empiece a generar problemas en el colegio, en el desarrollo social o en la vida familiar, es hora de sospechar que el niño sufre de trastorno por déficit de atención, y la mejor manera para confirmarlo es realizar un diagnóstico clínico.
La edad más adecuada para realizar este examen es a los seis o siete años. “Después de los seis años se presume que el pequeño empieza a ser más tranquilo, a quedarse quieto por tiempos más prolongado, pues así lo establece el sistema cerebral”, refirió el psicólogo.
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